Se trata de un formato ideal para sándwiches. Al igual que los formatos de 3 kilos y 500 gramos, se elabora a partir de leche pasteurizada de vacas que se alimentan de pastos cántabros. Su sabor es láctico, con gusto residual a nata dulce y con una intensidad media y notas de frutos secos.
El queso de barra Lakta tiene un olor característico que recuerda al de la mantequilla y una textura semidura, tierna, grasa y fundente.
Con una vida útil de 180 días, debe conservarse en lugar fresco y seco y es prudente, una vez abierto, envolverlo en papel alimentario o film plástico para evitar que el producto se seque. Contiene un mínimo de 45% de materia grasa en extracto seco y madura durante, al menos, siete días.