Es el queso familiar por excelencia, ideal tanto para niños como para adultos. El también conocido como formato “baby” es, además, idóneo para ser consumido como postre, en tabla de quesos, o como ingrediente para diferentes recetas de cocina, pues se funde fácilmente.
Una de las características más singulares de este formato es la abundante cremosidad del queso. Con corteza color hueso amarillento y pasta de color blanco entre marfil y amarillento, en sus versiones más curadas, se trata de un queso de intensidad de sabor medio con notas de frutos secos y sabor láctico, con gusto residual a nata dulce.
Este formato de pasta prensada cuenta con una maduración mínima de siete días. Es un queso graso, que contiene un mínimo de 45% de materia grasa en extracto seco.